Al finalizar los actos religiosos y profanos durante las romerías de Ascensión y San Lorenzo, los jóvenes miembros de la cofradía erigen sendos castillos humanos andantes (hasta los años 1950 también se realizaban en la romería de Santiago).

Se forma una torre humana de tres pisos. El primero lo forman seis de los jóvenes más fuertes; el segundo son otros tres jóvenes que, descalzos, se ponen de pie sobre los hombros de los primeros, y, finalmente, sobre todos ellos sube el más ágil que, en pie, lleva la bandera de la Cofradía. De esta guisa y acompañados por la charanga y el público asistente dan un giro alrededor de la ermita correspondiente.
Al regresar al pueblo de nuevo se erige el castillo humano que recorre algunas calles del pueblo nuevamente acompañados de la charanga y del numeroso público que se congrega para ver el espectáculo.
En el caso del castillo de Ascensión se realiza frente al Arco de San Miguel bajo el que debe de pasar sin caerse porque en caso de que ocurra ha de volver a rehacerse e intentarlo hasta conseguirlo (el arco tiene 2,5 ms). El castillo continúa por la calle Arial Bajo hasta la plaza de España donde se hondea la bandera.
En cuanto al castillo de San Lorenzo se vuelve a erigir en la Plaza del Cortijo y se desplaza hasta la Plaza de los Templarios donde se hondea la bandera y se da por terminada la fiesta.

Según el historiador atecano Francisco Martínez, pueden ser reminiscencias de los dances que tenían lugar en Ateca durante la procesión del Corpus del siglo XVII.